Dos Hermanos del santacrucero barrio del Toscal de Tenerife en las Islas Canarias, entristecidos con el incesante goteo de artistas que abandonan las islas para labrarse un futuro fuera de aquí”.

Así se definen los hermanos Rodríguez, activistas culturales y agitadores de la causa del cannabis en CanariasMúsicamarihuana y militancia social se fusionan en el proyecto de esta gente noble. Hablamos con uno de ellos, Thailo, a propósito de su presente y su posible futuro.

En Thai Fresh tenéis varios frentes abiertos: por un lado, el estudio de grabación y la radio online; por otro, el Rincón de la Cosa Buena, que es vuestro grow shop, además de otras iniciativas como el club de fumadores de cannabis. Música y marihuana conviven en vuestro día a día. ¿Cuál fue el origen de todo?

Empezamos con el activismo cannábico, pero desde siempre hemos sido conscientes de que en Canarias hay músicos con mucho talento, con ideas innovadoras, que tienen muchas dificultades para salir adelante, ya que no existen las infraestructuras necesarias para que puedan desarrollarse.

Al principio eran conceptos diferenciados, el grow shop iba por un lado y el estudio por otro, hasta que vislumbramos un posible cruce de caminos entre elreggae y el activismo cannábico, y pensamos que podíamos crear un poco de conciencia sobre el tema del cannabis a través de la música.

Hablemos sobre el estudio. Para vosotros es muy importante subrayar que vuestra prioridad es, ante todo, apoyar a los grupos locales, por delante de intereses económicos.

 Sí, nuestra apuesta por la música es social. Gracias a las ventas del grow shop, podemos mantener unas tarifas para el estudio más reducidas de lo normal. La hora de grabación suele costar en la actualidad entre 50 y 70 euros y nosotros la cobramos a 20 euros, que se invierten en pagar al técnico de sonido y otros gastos. No hay beneficios en nuestras producciones musicales: tenemos claro que nuestra infraestructura está concebida para ayudar a la gente.

 Nuestra idea original es ser colaboradores y no lucrarnos con la música. El estudio puede estar operativo unas 240 horas al mes, y de ésas, unas 120 aproximadamente, es decir, la mitad, están dedicadas a apadrinar producciones propias de músicos de Canarias. Ni siquiera nos centramos en un género o estilo musical concreto; todos los artistas con dificultades para promocionar su obra son bienvenidos en Thai Fresh. Ya que ni el gobierno local ni el estado central apoya a los grupos, hemos decidido hacerlo nosotros.

Vuestro grow shop en Tenerife se llama El rincón de la cosa buena. ¿Cuáles son los planteamientos que os llevaron a crear este proyecto empresarial?

El grow shop tampoco está concebido para ser un proyecto lucrativo. No debería serlo. Para nosotros, el grow es la punta de lanza de nuestrareivindicación cannábica. Es un escaparate social para la causa de lanormalización del cannabis; un punto abierto al público donde los ciudadanos que sienten interés por el cannabis puedan adquirir productos especializados y recibir información y asesoramiento.

Un aspecto fundamental del grow shop es nuestra decisión de especializarnos en los cultivos ecológicos. Todo lo que ponemos a disposición del público es Eco. Por tanto, apreciamos mucho productos como los fertilizantes Organik.

Hay dos líneas ideológicas que vertebran El Rincón de la Cosa Buena: por un lado, un activismo cánnabico que pueda ayudar a transformar la legislación; por otro, una profunda conciencia ecológica.

La constitución del Club de Fumadores es relativamente reciente. ¿Cómo os habéis animado a llevarlo a cabo y cuáles son vuestros objetivos?

 Los Clubes de Fumadores de cannabis ya existen por todo el estado, por lo que nos parecía imprescindible traer ese concepto a las Islas. Nos ayudóJose, quien además de jardinero y especialista en cultivos ecológicos, es un veterano de La Hamaca, un club de fumadores de Barcelona con más de300 socios. Empezamos con el club en noviembre de 2009 y, tras varias reuniones, aprobamos los estatutos. Ya tenemos hasta local social.

 El concepto con el club es que sea muy reducido, que no pasemos de los 20 ó 30 socios. Si hay más gente interesada en la zona, deberían crear otros nuevos, y de esta forma, con una red o asociación de clubes, podremos otorgarle más visibilidad a la causa del cannabis.